Salta al contenido principal

La Trata de Niñas, Niños y Adolescentes


La trata de personas es un crimen devastador que amenaza y se aprovecha de la comunidad más vulnerable de un País. Este delito destruye vidas y familias y socava uno de los derechos más importantes del ser humano, la dignidad.

De conformidad con las últimas estimaciones de la OIT del año 2017, se cree que alrededor del mundo existen casi 25 millones de víctimas de trata de personas y trabajo forzoso. Una cifra que aumentó 4M desde su última estimación en 2012. Esas cifras son sumamente preocupantes puesto que la trata ocurre en la clandestinidad y la cifra negra puede ser aún mayor.

Desafortunadamente, en Perú no existen estimaciones nacionales que nos permitan comprender el fenómeno en su totalidad. La existencia, incremento y gravedad de este crimen es generado por diversos responsables, que deben ser perseguidos penalmente y confrontados con la justicia. Son sujetos activos del delito de la trata de niñas, niños y adolescentes, los que captan o reclutan, transportan, trasladan, acogen, reciben o retienen a víctimas con el fin de explotación, aunque esta última no llegue a concretarse. En otras palabras, el delito se consuma con la realización de uno solo de los seis supuestos de la conducta criminal, que son excluyentes y se valoran de manera individual e independiente.

La trata de niñas, niños y adolescentes implica sacarlos de su ambiente de protección, aprovechándose de sus vulnerabilidades, con el fin de explotarlos. Es un crimen de consecuencias devastadoras para sus víctimas, pero el impacto en la niñez y adolescencia es particularmente negativo ya que incide severamente en su desarrollo pleno y sus efectos son de largo plazo.

En Perú, sus regiones son lugares de origen, tránsito y destino de éste delito cuyas víctimas pueden ser nacionales, extranjeras, y particularmente niñas, niños y adolescentes. La llegada masiva de migrantes venezolanos representa un desafío importante sobre todo para el sector informal de la economía. Debemos estar alertas ante un posible incremento de la vulnerabilidad tanto para nacionales y extranjeros que pueden ser víctimas de explotación económica.

Tomando en cuenta que la trata de personas está íntimamente relacionada con el trabajo forzoso y a la poca protección de trabajadores, no es una sorpresa que la OIT haya venido trabajando en su contra casi desde la misma creación de la Organización en 1919. El mandato de la OIT para combatir el trabajo forzoso y la trata se originó de los movimientos sociales del siglo XX que lucharon en contra de las condiciones laborales y el movimiento forzado por trabajo. Todo ese movimiento generó el ímpetu para la firma de 3 convenios fundamentales de la OIT: Convención No. 29 y No. 105 relativas al trabajo forzoso seguidas de la Convención No. 182 contra la Peores Formas de Trabajo Infantil que establece explícitamente la urgencia de erradicar la trata de niñas, niños y adolescentes. Los tres ratificados por Perú.

En 1998, a través de la Declaración de la OIT relativa a los Principios Fundamentales en el Trabajo, la OIT renovó el compromiso de luchar en contra de la explotación laboral. Asimismo, promovemos la aplicación del Protocolo de Palermo de la Convención de las Naciones Unidas contra el Crimen Organizado Transnacional.

Con base a los principios y estándares internacionales, la OIT ha brindado asistencia técnica a los Países en su lucha contra este delito. A través de proyectos que se han ejecutado alrededor del mundo, la OIT ha visto de primera mano las consecuencias de éste despreciable delito, así como la fortaleza de víctimas sobrevivientes.

En 2017, los Gobiernos de Perú y de Estados Unidos firmaron la "Alianza de Cooperación para la Protección de Niñas, Niños y Adolescentes" (Child Protection Compact Partnerships) con el objetivo de fortalecer los esfuerzos del Estado y sociedad civil peruana para combatir la trata de niñas, niños y adolescentes. Dicha Alianza de Cooperación representa un compromiso de 4 años para incrementar los esfuerzos realizados en la persecución y sanción del tratante, en la identificación de víctimas y la provisión de servicios especializados e integrales, y en la implementación de acciones para prevenir la problemática. La Alianza es la primera de su tipo en las Américas, y la tercera en el mundo.

En el marco de esta Alianza, surge el proyecto “Alianzas en Acción para Terminar con la Trata de Niñas, Niños y Adolescentes en Perú”, dirigido al abordaje de la problemática en las regiones de Lima, Cusco, y Loreto, incluyendo intervenciones específicas en Puno y Madre de Dios.

El objetivo general del proyecto es fortalecer la capacidad del Estado y la sociedad civil para erradicar la trata de niñas, niños y adolescentes en Lima, Cusco y Loreto. El proyecto armonizará las iniciativas actuales y brindará un enfoque innovador en la lucha contra la trata, asegurando una respuesta institucional más sistémica e integrada.